Las decoraciones en blanco y negro llegaron a nuestras casas hace tres o cuatro temporadas, y lejos de convertirse en una moda pasajera, se han ido asentando sin prisa pero sin pausa entre las principales tendencias en interiorismo.
No es fruto de la casualidad. El blanco es un color limpio, puro y diáfano que potencia la luz natural de una estancia y combina con prácticamente toda la gama cromática. El negro, por su parte, es elegante, positivo y sofisticado. Adecuadamente combinados, estos dos colores ofrecen ambientaciones sobrias, armónicas y acogedoras. Eso sí, la combinación debe quedar muy bien equilibrada, y para ello no conviene abusar ni de uno ni de otro, aunque lo ideal es que el blanco predomine ligeramente.
El blanco es recomendable sobre todo para decorar las paredes y el techo con el objetivo de aumentar la sensación de amplitud de las estancias y evitar el 'efecto cueva'. Para el suelo, en cambio puedes optar por el negro, un suave gris o incluso elegir entre la gama de tonos cálidos que te ofrece el parqué. El blanco obviamente, también queda muy bien, pero recuerda que es muy sufrido. Cualquier mínima mota de suciedad, pelo, etc. se apreciará a 'kilómetros' de distancia, por lo que el mantenimiento de un suelo blanco en el día a día puede llegar a resultar algo estresante.
Y sí, hemos nombrado la gama de colores del parqué, porque las decoraciones en blanco y negro por supuesto están abiertas a la inclusión de otros colores que aporten personalidad y un atractivo contraste visual. Esto puede hacerse a través de los complementos decorativos: jarrones, centros de mesa, cojines, cuadros (aunque a decir verdad, los cuadros en blanco y negro son siempre un excelente recurso), flores, plantas, etc.
En cuanto a los muebles de salón principales, como decíamos, se trata de buscar un equilibrio en el que el blanco incline ligeramente la balanza a su favor (recuerda: cuidado con el 'efecto cueva'). Alterna uno y otro color con criterio y sentido común para lograr un resultado que te haga sentir a gusto en las diferentes estancias de la casa, realizando para ello todas las pruebas que sean necesarias. Puedes optar por muebles bicolor, por muebles de color blanco que contrasten con complementos negros o por combinar piezas de un color y otro (una mesa de comedor negra con sillas blancas, sofás blancos con una mesa de centro negra, etc.).