Una de las zonas o rincones que más quebraderos de cabeza supone a nivel decorativo en los dúplex es el hueco que suele quedar debajo de la escalera. Tanto si se trata de una escalera recta, en forma de L, de U, de ida y vuelta o de caracol, por citar solo algunos de los múltiples tipos posibles, lo cierto es que debajo de la misma suele quedar un hueco que, aunque al principio puede resultar molesto, nos ofrece muchas más posibilidades de lo que parece.
Podemos aprovechar el hueco de la escalera para un sinfín de cosas, tantas como permita nuestra imaginación. Un recurso muy de moda es convertir este espacio en una zona de estudio o trabajo. Para ello bastará con una mesa y una silla de escritorio, y a partir de ahí, todos los elementos que queramos añadir dependiendo del espacio disponible: estantes para libros o documentos, una o varios cajoneras junto a la mesa, cuadros decorativos, etc. Asimismo, resultará imprescindible contar con al menos un enchufe para conectar el ordenador y el flexo o la lámpara de mesa.
No obstante, esto solo será una buena idea si vivimos solos o si lo solemos estar durante el horario de estudio o trabajo, ya que la escalera y sus alrededores son una zona de paso frecuente. Teniendo en cuento esto, otra opción es emplear esta área como espacio de almacenamiento con armarios, cajoneras o incluso estantes descubiertos. En él podemos guardar objetos o prendas de ropa que necesitemos tener a mano en cualquier momento, como chaquetas, paraguas, gorros, bolsos, etc.
Para ello podemos encargar o construir nosotros mismos armarios, cajones o estantes a medida que se integren por completo al hueco de la escalera, o bien utilizar muebles clásicos de almacenaje. De hecho, los hay incluso con forma de escalera que se adaptarán de forma muy curiosa a las escaleras rectas.
El hueco de la escalera se presta también a la colocación -mediante estantes abiertos a la vista- de una librería, nuestra colección de discos y películas o una pequeña bodega, logrando con ello una fantástica mezcla de funcionalidad y estética que a buen seguro fascinará a nuestros invitados.
Por último, queda la posibilidad -siempre que la escalera esté cerca de la puerta de entrada- de convertir este hueco en nuestra particular zona de entrada, colocando una consola y un espejo, una o dos butacas, baúles decorativos, percheros de pie o de pared, etc.