La buhardilla es una zona que tradicionalmente se ha venido utilizando como trastero o pequeño almacén del hogar. Sin embargo, en la actualidad los interioristas apuestan por optimizar este espacio habilitando en él todo tipo de estancias a través de soluciones decorativas realmente sorprendentes. Así, por ejemplo, un simple desván puede convertirse en un acogedor dormitorio, una tranquila zona de trabajo de estilo clásico, una habitación de juegos para los niños o una agradable sala de estar en la que ver la televisión o disfrutar de un rato de lectura, entre otras muchas opciones. La buhardilla es sin duda una parte de la vivienda con un gran potencial, y en nuestras manos esta sacarle el máximo rendimiento.
A la hora de habilitar una buhardilla es muy importante escoger los muebles adecuados según nuestras necesidades, y sobre todo, según las características de la misma. En esta tarea influirán aspectos como el tamaño del altillo, su estado, orientación o condiciones ambientales. Obviamente, el techo inclinado también condiciona bastante esta elección. De hecho, en la mayoría de los casos nos obligará a optar por piezas de baja altura con el objetivo de aprovechar al máximo el espacio y evitar una agobiante sensación visual. Del mismo modo, y por una evidente cuestión de comodidad, es conveniente destinar la parte alta de la buhardilla a actividades principales, dejando la más baja para la colocación de muebles de almacenaje.
Por otra parte, la utilización de colores claros en paredes y textiles ayudará a transmitir amplitud y armonía a la estancia. Además, una o varias ventanas de gran tamaño dotarán a la misma de luz natural, haciendo esta zona mucho más confortable y acogedora. Existen ventanas de techo de varios tipos. Las basculantes son más fáciles de limpiar, pero su hoja permanecerá dentro de la estancia, lo cual puede resultar un inconveniente en espacios pequeños. Otras opciones son las ventanas giratorias, las laterales y las proyectantes, cuya apertura hacia fuera nos permitirá aprovechar mejor el espacio, pero a cambio aumentará la dificultad de su limpieza y mantenimiento
Otro aspecto de gran importancia son las escaleras de acceso a la buhardilla. En muchas ocasiones, solo dispondremos de un pequeño hueco para subir al altillo, en el que solo habrá lugar para guardar una escala plegable que se extenderá abriendo una pequeña compuerta. Si por el contrario, contamos con algo más de espacio, podemos instalar una escalera fija, ya sea vertical o de caracol, con o sin barandillas, y en todo tipo de materiales.
La buhardilla esconde un sinfín de posibilidades funcionales y decorativas. ¿A qué esperas para sacarle el máximo partido?