El blanco es, por muchos motivos, uno de los colores más utilizados en la decoración de interiores. Se trata de un color muy elegante, que nunca pasa de moda, y que es empleado casi por igual en toda clase de estilos, aunque de forma especial en ambientes modernos y minimalistas.
El color blanco posee además una capacidad innata para reflejar y potenciar la luz natural de las estancias, lo que hace de él una excelente opción para decorar espacios pequeños, en los que incrementará la sensación de amplitud y agrandará antes nuestros ojos las distancias entre una pared y otra. No obstante, también resulta muy útil para dar uniformidad y criterio a habitaciones de grandes dimensiones.
Por otra parte, el blanco destaca por su gran versatilidad, ya que combina con todas las tonalidades, resultando un fantástico color base, que siempre podemos animar con detalles de otros colores para lograr atractivos contrastes visuales. Además, es un complemento perfecto para decoraciones en todo tipo de colores. En este sentido son un clásico los textiles en tono blanco, como sábanas, cortinas o cojines, que se integrarán sin problemas con todos los elementos de la estancia y relajarán el ambiente.
No obstante, lo recomendable es utilizarlo en grandes superficies, como techos, paredes, suelos y/o mobiliario. De hecho, los muebles en blanco lacado son una de las tendencias en auge del interiorismo actual. Aparadores, vitrinas, mesas de centro, mesitas de noche o sinfonieres lacados en blanco son opciones cada vez más utilizadas en ambientaciones actuales, bien sea en forma en piezas totalmente blancas o a través de muebles decorados con pequeños detalles en otros colores como pueden ser el marrón o el gris.
Asimismo, el blanco es sinónimo de paz y sosiego. Por este motivo, se emplea mucho en oficinas, despachos y zonas de estudio, donde es indispensable disfrutar de una sensación de tranquilidad que nos permita trabajar de forma relajada y en las mejores condiciones.
Bien conservado, el blanco también transmite una agradable sensación de higiene y limpieza, lo que lo convierte en uno de los tonos más aconsejables para decorar el baño y la cocina, estancias a las que además aportará brillo y un dosis extra de luminosidad que siempre será bien recibida.
El color blanco es, en definitiva, una apuesta segura que nos permitirá incrementar la sensación de espacio, relajar el ambiente y potenciar la luz natural en la decoración de cualquier tipo de estancia y ambientación.