Seguro que te has dado cuenta a poco que te hayas fijado caminando por la calle, el parque o donde sea. Están de moda las barbas largas y pobladas, las melenas largas y despreocupadas, los complementos artesanales, los leggins, los vaqueros de pitillo y las gafas de pasta. No, no hemos viajado en el tiempo, pero casi. Es la consagración del estilo hipster, que se impone cada vez con más fuerza entre la juventud actual, especialmente en las grandes ciudades.
El estilo hipster está basada en el de los músicos de jazz de primera mitad del siglo XX. De ellos la cultura hipster ha adoptado su forma de desenfadada de vestir, su pasión por todo lo relacionado con todo lo retro o vintage, su forma alternativa de pensar y, en definitiva, de vivir. Y en esa particular forma de vivir...obviamente entra en juego la decoración del hogar.
La casa de un hipster es una combinación varios estilos: vintage, pop, bohemio, rústico, geek... Una de sus principales características es la presencia de piezas enjevecidas de mobiliario que den a la vivienda un aire antiguo y nostálgico, así como otras que, sin presentar necesariamente efectos decapados, cuentan con un marcado estilo vintage, como la popular silla Eames. Paralelamente a esto, también suelen utilizarse palés o grandes cajas de madera para crear, por ejemplo, un original somier o cabecero de cama, una estantería, una consola, una mesa de centro, un revistero, etc.
El blanco es el color predominante en las paredes (a veces acabadas con efectos descorchados) y ropa de cama por su capacidad de potenciar la luz natural de la casa, así como por el atractivo contraste que ofrece respecto a los muebles y accesorios de las diferentes estancias de la vivienda.
Los suelos suelen ser de madera con el fin de prestar calidez visual y real a la casa. También es frecuente colocar arcones o maletas apiladas para dar al ambiente un aire desenfadado y bohemio, reforzado en ocasiones con tapizados patchwork en muebles, cojines, y otros complementos textiles para sumar colorido y personalidad al ambiente.
Los complementos decorativos, sin llegar a formar ambientes recargados, juegan un papel muy importante en el estilo hipster. Entre ellos destacan los tocadiscos de diseño clásico, los cuadros, las fotografías, lámparas y relojes de estilo retro, las colecciones de libros, los teléfonos vintage, los sombreros o incluso las bicicletas, empleadas como elemento de decoración, bien colgadas en la pared o simplemente apoyadas sobre el suelo.