La habitación de matrimonio es una de las estancias más importantes de cualquier casa familiar, ya estemos hablando de un apartamento, un bungalow o un chalé en la montaña. Por lo general, la decoración del dormitorio principal suele ser una buena representación de la del resto del hogar, por lo que conviene poner un especial énfasis en ella.
Lo primero y principal es evidentemente una buena cama. No infravalores el lugar de descanso por antonomasia, en el que, si te paras a pensar, vas a pasar aproximadamente un tercio de tu vida, así que no repares en gastos y elige el modelo más confortable y -en la medida que el espacio te lo permita- grande que sea posible.
A partir de ahí, como sabes, hay mil estilos decorativos (clásico, colonial, industrial, moderno, vintage, ecléctico...) para elegir. En base a tu estilo favorito, habrá que escoger, por ejemplo, las mesitas de noche. Lo recomendable son dos, una a cada lado de la cama, para que cada uno de los miembros de la pareja disponga de su propio espacio para colocar una lámpara de noche o un libro, así como para poder apoyar gafas u otros complementos personales.
Otra pieza importante es el cabecero de cama, que aporta calidez, protección y aislamiento de posibles humedades en la pared, además de, por supuesto, aportar un toque de personalidad al dormitorio. Los cabeceros pueden ser de madera, dm forja, acolchados... La variedad de opciones es muy amplia.
Respecto al almacenaje, lo ideal, claro está, es contar con armarios empotrados. Si no es así, obviamente es necesario disponer de al menos uno que sea lo amplio posible para colocar la ropa de dos personas, cosa nada fácil.
Por otra parte, tampoco puede faltar una cómoda o sinfonier que complemente al armario para guardar prendas de ropa y, al mismo tiempo, siga en la línea del estilo de decoración y tonalidades elegidos. Asimismo, la parte superior de estos muebles cajoneros siempre viene bien para apoyar -con moderación- algún objeto decorativo.
Más cosas: el pie de cama. Cada vez es más frecuente colocar una banqueta en esta zona, ya que se trata de un elemento que da mucho juego, tanto a la hora de decorar la habitación como de sentarse para calzarse y descalzarse, e incluso, si incluye espacio de almacenaje, para guardar ropa de cama u otros objetos.
Otra opción recomendable, siempre que sobre espacio para ello, es una silla, que al igual que el pie de cama, puede actuar no solo como descalzadora, sino también como recurso decorativo o incluso como el sitio en el que depositar la ropa que has usado ese mismo día o que vas a usar el día siguiente. Y por supuesto un escritorio, acompañado de una silla a juego, que funcione como zona de estudio.
Por último y no por ello menos importante, no conviene olvidar el poder de atracción que puede tener un buen cuadro decorativo. Donde mejor lucirá generalmente es sobre cabecero de la cama. Eso sí, si se coloca un cuadro, este debe de tamaño considerable, ya que de lo contrario el resultado puede quedar algo pobre.
En definitiva, piensa muy bien qué muebles auxiliares y complementos son los que mejor se adaptan a tu espacio, gustos y necesidades y crea el dormitorio de tus sueños, que para ello está.