El verano es, por muchos motivos (vacaciones, sol, playa, ocio, etc.), una de las estaciones más esperadas (si no la que más) del año. Sin embargo, su llegada también trae consigo algún que otro inconveniente. El principal es el calor, que no solo lo sufrimos en la calle, sino que, en mayor o menor medida, también se instala en nuestra propia casa. Qué duda cabe de que el aire acondicionado ayuda (y mucho) a la hora de combatirlo, pero... a costa de disparar la factura de la luz hasta límites desproporcionados, al menos en la mayoría de los casos.
Por lo tanto, interesa mantener la casa lo más fresca que sea posible sin tener que recurrir con tanta frecuencia e intensidad a este dispositivo. ¿Cómo hacerlo? He ahí la cuestión. Aquí van una serie de consejos básicos que nunca están de más:
Bajar persianas, cerrar cortinas...
Sí, sí, lo de siempre, muy evidente y todo lo que quieras, pero... ¿lo cumples? Muchas veces, con las prisas de ir al trabajo (porque en verano también se trabaja), dejamos abiertas las persianas. Eso, que a primera hora de la mañana puede que no tenga mucha importancia, si la tendrá si, debido a la orientación de la vivienda, va a entrar de lleno el sol a través de esas ventanas en las horas centrales del día. Parece mentira, pero bajando persianas, echando las cortinas y desplegando toldos conseguirás bajar la temperatura de tu hogar hasta 7ºC.
Láminas solares en las ventanas
A veces, si estamos en casa, nos vemos obligados a subir determinadas persianas para disfrutar de luz natural. En estos casos puedes colocar láminas solares en los cristales de las ventanas, que dejan pasar igualmente la luz, pero reducen ostensiblemente el calor que entra a través de ellos. Suele ser bastante económicos y su instalación es muy sencilla.
La lavadora y el lavavajillas, mejor por la noche
La lavadora y el lavavajillas producen bastante calor cuando están en marcha. Por lo tanto, mejor ponlos de noche siempre que puedas. De esta forma, los 'sufrirás' menos y, si tienes contratada una tarifa de luz de discriminación horaria, ahorrarás mucho en tu factura eléctrica.
Sin alfombras y con telas frescas
Las alfombras confieren calidez al ambiente, por lo que mejor guardarlas en verano. Del mismo modo, opta por telas frescas (¡hola, algodón!) en los cojines, la ropa de cama y/o la funda del sofá (en caso de tenerla), y olvídate por una temporada de otras más cálidas, como el terciopelo o, por supuesto, la franela.
Utiliza el extractor del baño y la cocina
Ni que decir tiene la importancia de los extractores a la hora de refrescar la casa. El extractor del baño absorberá el cálido vaho que producimos al ducharnos, mientras que el de la cocina hará lo propio con el producido al guisar, hervir, freír o asar alimentos.
Deshazte de las bombillas viejas
Si todavía tienes alguna bombilla de las 'clásicas', es hora de agradecerle los servicios prestados y decirle adiós. Las bombillas LED no solo duran más y consumen menos, sino que además desprenden menos calor. ¿Necesitas algún motivo más para hacer el cambio?
Juega con las puertas
Las puertas también juegan un papel importante en la temperatura de la casa. Cierra las habitaciones durante las horas de más calor y ábrelas para que corra el aire en las más frescas. En ambos casos lo agradecerás.
Regar las plantas
El hecho de regar las plantas y/o incluso el suelo del balcón o la terraza, preferiblemente al atardecer, aliviará el calor acumulado en este último a lo largo del día, produciendo una agradable sensación de frescura a su alrededor.