Si te gusta el mundo de la decoración, probablemente ya te habrás dado cuenta de que el estilo rústico ha resurgido con fuerza desde hace algún tiempo para consolidarse como una las principales tendencias en el interiorismo actual. Tras un breve coqueteo con el minimalismo, muchos son los interioristas que optan a día de hoy por sumar calidez y confort a los ambientes a través de una adecuada integración de distintos muebles y complementos de estilo rústico.
Muebles auxiliares para todas las estancias realizadas en madera envejecida de caucho, paulownia, java, mango, pino o abeto, entre muchas variedades, acabadas en color nogal, roble, natural, etc., así como con preciosos y evocadores efectos decapados que, por momentos, parecen transportarnos a las típicas casas de pueblo, donde siempre han primado los muebles elegantes y robustos construidos en madera maciza. Se trata de un melancólico y romántico viaje de vuelta a las ambientaciones rurales, aquellas que todos hemos visto en mayor o menos medida en casa de nuestros padres y/o abuelos, en la casa de campo o incluso en la de la playa.
El blanco, el beige, el salmón y, por supuesto, el color madera natural se imponen como tonalidades principales en los muebles y complementos rústicos con esporádicas pinceladas de otros colores (verde, azul, amarillo, etc.), siempre en su gama pastel.
El estilo rústico está presente por lo general en piezas como el aparador del comedor, la estantería del salón, la mesita de noche y la cómoda del dormitorio, la consola del recibidor, etc. La mayor o menor presencia de este tipo de muebles distinguirá entre decoraciones completamente rústicas o ambientaciones eclécticas, en las que estas piezas se combinan con otras más modernas para formar una formidable mezcla de tendencias. Esta última opción es la que parece imponerse con más fuerza a día de hoy. No en vano, es una excelente excusa para coger las mejores ideas y elementos de ayer y de hoy con el fin de conseguir un resultado realmente fascinante.
En los pisos y apartamentos de ciudad, esta tendencia a integrar piezas rústicas ha derivado en el estilo industrial, del que ya hemos hablado en esta sección, y que se caracteriza por emplear también el hierro y el metal para conferir a las estancias un siempre atractivo aire retro, pero adaptándolo en este caso a la clásica moda urbana importada de los apartamentos neoyorquinos de los años 50.