En la actualidad, gracias a las nuevas tecnologías y sobre todo a Internet, proliferan cada día más los trabajos en remoto que pueden realizarse desde casa. Tanto si eres propietario/a de tu propia empresa como si trabajas para alguien, seguro que te gusta que tu zona de trabajo u oficina en casa luzca lo mejor posible. Y es que la estética del lugar repercute en nuestro rendimiento mucho más de lo que podríamos pensar en un principio.
Esta área debe ser diferente de la cocina, la sala de estar o el dormitorio, y por supuesto debe ser un espacio tranquilo y propicio para el trabajo. Si ya tienes una oficina en casa o estás planeando instalar una, toma nota de estos consejos para ayudarte a trabajar duro, pero estilo:
Calidez para aumentar la productividad
Muchas oficinas dan una sensación muy fría, casi más propia de una clínica, lo que no favorece precisamente un ambiente productivo y feliz. Si tienes la oportunidad de montar una oficina en casa, siempre es buena idea incluir materiales o elementos naturales, elige cuidadosamente los muebles propios del despacho como puede ser el escritorio, si es posible de madera, una planta o una cómoda silla de cuero. Lo ideal, si puedes elegir, es ubicar esta zona junto a una ventana para disfrutar de luz natural y evitar la típica sensación de cabina o cubículo que suele haber en muchas oficinas.
El orden es primordial
Cuando comienzas a trabajar, es bueno saber que todo está donde debería estar. Eso significa que, si hay ropa sucia, platos usados o tazas de café por en medio, te resultará muy difícil concentrarte al 100%, por lo que intenta mantener siempre este espacio completamente ordenado y libre de elementos que no le correspondan para evitar distracciones innecesarias.
Los colores son importantes
Podría pensarse que cualquier color es válido para la zona de trabajo, pero no es así. El blanco es una opción típica y hasta cierto punto segura, pero siempre se puede hilar más fino, dependiendo de cuál sea tu trabajo en cuestión. Así, por ejemplo, el azul suele favorecer la comunicación, el amarillo la creatividad y el verde tiene un efecto calmante que puede ser muy interesante si tu trabajo te produce estrés. Elige el color en función de las tareas vas a desarrollar en tú día a día, pero siempre procurando optar por tonos pastel.
Mantén las distracciones a raya
Tan obvio como importante. Si tienes la oportunidad, aleja todo lo que puedas tu zona de trabajo de elemento potencial distracciones, como puede ser la televisión. No solo por ti, sino también por las personas que viven contigo, si vives acompañado/a. Ten en cuenta que es posible que haya momentos en que quieras trabajar mientras otra/s persona/s quiera/n ver la tele. Por ello, procura que tu oficina en casa tenga una puerta o, al menos, una cortina que te aísle visual y acústicamente del resto de la casa lo máximo posible. Si aun así los ruidos de la casa siguen siendo un problema, siempre puedes trabajar con auriculares con cancelación de ruido con cancelación de ruido o usar una máquina de ruido blanco.
Con un poco de esfuerzo, puedes convertir tu área de trabajo en un espacio mucho más acogedor, confortable y productivo.