Acabamos de dar la bienvenida al otoño, y aunque el frío no ha hecho todavía acto de presencia, ha llegado la hora de decorar y preparar nuestra casa para la estación más bella y melancólica del año. La decoración otoñal apuesta tradicionalmente por los colores propios de la naturaleza, especialmente en su gama más cálida. El marrón, el nogal, el ocre, el beige, el amarillo o el naranja son algunos de los tonos preferidos para ambientar la casa de cara a los próximos meses. No obstante, esta temporada también ganan enteros colores como el verde, el gris o el azul hielo, que sin duda ayudarán a hacer de nuestro hogar un espacio nostálgico y evocador.
La decoración otoñal se presta a la armonía de tonalidades, por lo que se recomienda evitar los grandes contrastes cromáticos. De esta forma, lograremos ambientes totalmente integrados, acordes a la atmósfera y la personalidad de esta época tan especial. Algunos objetos, texturas y materiales también contribuirán a hacer de cada estancia un pequeño espacio natural. Así por ejemplo, una chimenea o una estufa de leña son elementos que, además de prestar calor a la casa, suponen un gran valor añadido a nivel decorativo. En el caso de que dispongamos de otros sistemas de calefacción (gas natural, aire acondicionado, etc.) podemos disfrutar igualmente del encanto y la magia del fuego a través del uso de velas normales o aromáticas.
En la misma línea, podemos emplear objetos de la naturaleza como piedras preciosas u hojas de árboles para decorar y embellecer una habitación. Las ramas y flores secas ofrecen una gran cantidad de posibilidades decorativas: dentro de un jarrón, alrededor de un centro de mesa, colgadas de un lámpara, pegadas a una candelabro o encima de un mueble auxiliar son siempre un original recurso decorativo. Otras interesantes ideas pueden ser cestas o canastas de mesa llenas de frutos típicamente otoñales, como castañas, avellanas, bellotas, nueces, etc.
Por otra parte, los textiles asumen en otoño un papel protagonista. La presencia de alfombras se hace imprescindible en prácticamente cualquier hogar durante esta época, tanto por su capacidad para conferir calidez como por su indudable valor estético. Lo mismo sucede con los cojines, tapices y cortinas, muy recomendables para vestir la vivienda durante la estación otoñal. Podemos aprovechar también el cambio de ropa de cama que implica la llegada del frío para dar un nuevo aire al dormitorio, o decorar el cuarto de baño con toallas de colores otoñales.
Por último, no hay que olvidar tampoco las ventajas que nos ofrecen los papeles pintados, que nos permiten decorar de forma rápida y sencilla una estancia con motivos de árboles y hojas, y posteriormente quitarlos o sustituirlos por otros con la llegada del invierno o la primavera.