Los estilos de decoración más candentes de la actualidad tienen un denominador común: la imperfección. En los últimos años hemos ido tomando conciencia de que nada es perfecto, y parece que la tendencia en interiorismo es el de reflejar en cierto modo este hecho. De hecho, ya hemos comentado en varias ocasiones que las decoraciones eclécticas, aquellas que mezclan con elegante imperfección muebles y elementos de diferentes corrientes decorativas, dominan el interiorismo actual. Pero la cosa no queda ahí. La tendencia es también apostar piezas directamente imperfectas. Es lo que se conoce como estilo wabi sabi (¡ojo!, no confundir con wasabi).
Esta corriente, procedente de Japón, aboga por la idea de que la imperfección brinda encanto y armonía y personalidad al hogar. Las piezas imperfectas son sencillas y naturales, como la vida misma. De hecho, es una forma de expresar la aceptación de que la belleza es efímera y que, al final de todo, debemos quedarnos con lo más puro y esencial. De ahí que en este estilo predominen los muebles decapados, con efectos desconchados, oxidados y, en definitiva, envejecidos.
Se busca de esta manera lucir piezas que muestren el paso del tiempo, pudiendo para ello recuperar y restaurar muebles antiguos, o bien optar directamente por muebles nuevos, pero acabados de manera voluntaria con bellas imperfecciones que les confieren un encanto único. En este estilo proliferan los muebles con vetas muy marcadas, hendiduras, nudos, grietas, etc., realizados en la mayoría de las ocasiones con madera natural, e incluso en algunos casos, muebles de madera reciclada.
Aunque a priori pueda resultar paradójico, el estilo wabi sabi es minimalista, aunque, como es evidente, no en su concepción más contemporánea (la que, sobre todo a nivel de arquitectura, defiende la estética de la simetría, la rectitud, etc.), sino en el sentido de que apuesta por quedarse solamente con lo esencial y desprenderse de lo superfluo e innecesario (¡adiós, rococó!). No obstante, esto no está reñido con la posibilidad de que la casa presente algún artículo decorativo en su interior, como puede ser un bello jarrón, un centro de mesa o una planta. De hecho, estos elementos son una buena manera de aludir a la naturaleza, sobre cuyos principios se asienta este exótico estilo decorativo. Por lo tanto, no es ni mucho menos una mala idea colocar unas cañas decorativas de bambú, un centro lleno de hojas secas caídas en la estación otoñal, un jarrón de terracota o un cesto de mimbre en cualquier rincón libre de la vivienda.
El estilo de decoración wabi sabi apela, en definitiva, al fascinante -y a menudo infravalorado- encanto de lo sencillo, imperfecto y natural. ¡Y nos encanta! Eso sí, como siempre decimos, no es necesario cumplir sus premisas a rajatabla, ¡faltaba más! Simplemente se trata de una fuente más de inspiración para dar, siempre que quieras y lo veas oportuno, alguna que otra pincelada a la decoración de tu hogar.