Más de una vez hemos hablado de las múltiples posibilidades que nos ofrecen los palets, así como de su creciente presencia en todo tipo de decoraciones gracias a su bajo coste, su encantador toque rústico y, sobre todo, su gran versatilidad. Estas características los convierten en grandes aliados a la hora de crear un rincón chill out de interior o exterior.
Para ello bastará con cuatro, seis u ocho palets, dependiendo del número de sillones que queramos (cada sillón contará con dos palets apilados y unidos entre sí con visagras y tornillos). Los preparamos adecuadamente mediante un esmerado lijado que los libre de astillas e imperfecciones y una posterior pasada de pintura para hacerlos más atractivos a la vista. Podemos pintarlos de blanco, negro, marrón oscuro o, en definitiva, del color que mejor se adapte al espacio donde vayamos a colocarlos o de la personalidad que pretendamos darle a la zona chill out.
Una vez puestos a punto, es hora de buscar un cojín de asiento para cada sillón. Lo ideal es coger colchones de espuma a medida, tapizarlos en el color que queramos y combinarlos con cojines de tamaño más pequeño (bien sean cuadrados o rectangulares) para la zona del respaldo. De esta sencilla manera crearemos sillones bajos y sorprendentemente confortables.
Para apoyar las copas o los aperitivos podemos usar una mesa auxiliar que tengamos en casa o incluso apilar otros dos palets, colocando sobre ellos un tablero de madera o cristal que nos permite disponer de una superficie plana y estable para los vasos y platos.
Después de habilitar los sillones y la mesa de centro, es hora de decorar el espacio con una o varias plantas. Si nuestra intención es colocar los sillones cerca de un rincón, la propia esquina será el lugar perfecto para colocar una planta. Para ello podemos usar un macetero clásico o, siguiendo con las tareas DIY, una jardinera artesanal que aproveche el espacio sobrante entre los palets, colocando una tela impermeable enganchada a la pared con unas tiras de madera y unos tornillos. Luego la rellenaremos con una generosa cantidad de tierra de plantas que filtre el agua y colocaremos la planta que más nos guste. Repetiremos, si procede, esta tarea tantas veces como plantas queramos tener en la zona chill out y...voilà! Ya tenemos nuestra propia zona chill out.